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EL PROFESOR 2.0

 

          Decir que la figura del profesor ha cambiado en la educación 2.0 es una forma reduccionista de acercarnos a este hecho. Sería muy fácil limitarnos a decir que ha dejado de ser el centro para cederle ese “centro” al alumno, que es un guía… Pero la figura del profesor ha adoptado otra dimensión que vamos a intentar analizar. 

 

           Efectivamente, somos herederos de la pedagogía de la transmisión, basada  en la unidireccionalidad donde emisor y receptor tienen los roles bien definidos y donde la retroalimentación es prácticamente imposible por la posición que ostenta el emisor-profesor.  Pero ya no estamos en una sociedad industrial, este modelo de educación de masas ya no nos sirve porque el contexto social y comunicativo ha sufrido una profunda  transformacion, como afirma M. Silva: 

 

             “ (…) en la actual sociedad de la informacion, es a traves del diálogo con las personas “no expertas” como es posible el desarrollo de teorías mas inclusivas y científicas. No hay personas expertas que posean todo el conocimiento social y cultural necesario para realizar propuestas eficaces para todas las personas. Todos y todas podemos aportar argumentos dsde nuestras diferentes experiencias y recursos culturales”.

El docente ya no tiene el monopolio del conocimiento, la figura del experto pierde valor frente al dialogismo entre pares; ahora debe hacer que el discente aprenda por sí mismo, que investigue sobre el tema y cree su propio conocimiento a través de la información analizada y así poder desarrollar su propio pensamiento crítico. El docente debe saber guiar  a los discentes para desarrollar la curación de contenidos porque hay que hacer al alumno libre e independiente.

 

             Como se ve, los dogmas instructivistas del pasado, en los cuales el profesor explicaba por qué y cómo aprender, van dejando  paso a un nuevo modelo constructivista donde el rol docente y discente ha cambiado. Ahora los estudiantes:

Se animan unos a otros a participar y conectarse en redes de aprendizaje, mediante  el uso de Internet y la metacognición.Exploran sus estilos de aprendizaje.

A través de propuestas como el trabajo orientado a metas, identifican sus objetivos, además de que facilita la creación de comunidades y potencia la inteligencia coelctiva.   El conocimiento emergente es un aprender a ser a través de la integración del aprendizaje  informal y su educación formal.

 

           Y obviamente, este aprendizaje requiere de una adapatación por parte del profesor que ademas de conocer y trabajar de manera activa con/en las nuevas tecnologías educativas debe saber encontrar las oportunidades pedagógicas de las mismas. Es verdad que muchas veces el docente 2.0 no puede utlizar las TRIC en sus clases,  es evidente que en ciertos sectores hay una más que evidente brecha digital, pero esta nueva forma de enfocar la pedagogía no se sustenta solo en digitalizar las aulas. El docente debe  proporcionar a los discentes un espacio de aprendizaje autónomo, el estudiante tiene que experimentar y necesita para ello explorar, participar y definir su propio aprendizaje, tienen que abandonar el rol pasivo y pasar a participar activamente en su propio aprendizaje. Es por esto que el juego se convierte en un marco perfecto para explorar ideas, para crear e implementar tanto el conocimiento como las actividades.

 

             El profesor 2.0 debe promover la participación y la interactividad, para lo cual debe saber aunar diferentes factores; ya se ha dicho que tiene que ser el profesor guía, cuya figura se desdibuja en beneficio de la del alumno, pero promover la participación implica también un componente afectivo y creativo con el que antes no se contaba. Que la figura del docente cambie, que proponga  modelos donde todos aprendan con todos, (destronando el hegemónico uno-todos de la educación bancaria); redunda de forma directa en la del discente que ahora  crea, construye, es coautor o prosumidor.

 

             Por otra parte, todas estas características, que parecen la evolucion normal, pueden enmarcarse, como se decía al comienzo, dentro de algunas teorías como puede ser el conectivismo. Esta es una teoría alternativa a las teorías de aprendizaje instruccionales donde la inclusión de la tecnología y la identificación de conexiones como actividades de aprendizaje, empieza a mover a las teorías de aprendizaje hacia la edad digital. Es la teoría que defiende que el aprendizaje (definido como conocimiento aplicable) puede residir fuera de nosotros (al interior de una organización o una base de datos), está enfocado en conectar conjuntos de información especializada, y las conexiones que nos permiten aprender más tienen mayor importancia que nuestro estado actual de conocimiento.

 

                En síntesis, el conectivismo presenta un modelo de aprendizaje que reconoce los movimientos tectónicos en una sociedad en donde el aprendizaje ha dejado de ser una actividad interna e individual. La forma en la cual trabajan y funcionan las personas se altera cuando se usan nuevas herramientas. En este contexto el conectivismo plantea una nueva forma de abordar el proceso de aprendizaje, se debe romper con la relación tradicional entre profesor y estudiante, en donde el primero es quien tiene el saber y el segundo lo recibe de manera pasiva. Ahora el aprendizaje es más conversacional, colaborativo, cooperativo y el docente debe ser facilitador para que los estudiante construyan buenas conexiones de aprendizaje. El aprendizaje es construido entre todos, compartiendo, creando, relacionando conceptos y tanto el estudiante como el facilitador aportan información y conocimiento al grupo. Aunque la relación, en este caso, es horizontal, el papel del facilitador (docente) siempre será la de orientar en el aprendizaje.  Está en las nuevas “obligaciones” del profesor ofrecer nuevas posibilidades, que abran caminos a los alumnos; a la vez que se enriquece a través de las aportaciones de los alumnos. Como nos dice Aparici:

 

           “El docente garantiza la posibildad de significados libres y plurales, sin perder de vista la coherencia con su opción crítica, ha de estar abierto a ampliaciones y modificaciones propuestas por los alumnos. Un pedagogía basada en esa disposición de coautoría, a la interactividad, requiere la muerte de un modelo de profesor y el nacimiento de un docente democrático y plural. Esto significa exponer su opción crítica a la intervención, a la modificación y para ello ses requiere humildad. Pero decir humildad no significa debilidad o minimización de la autoría, de la voluntad, de la osadía. Ya sea en el aula presencial o virtual, el docente debe tomar conciencia de que el conocimiento no está centrado en la emisión, en la transmisión de contenidos.” (Silva; 2010)

 

               Además, en lo tecnológico debe saber aportar herramientas para gestionar contenidos y en lo social debe posibilitar la aparición de una sabiduría coelctiva y de desarrollo de estrategias educomunicativas para un modelo de sociedad y educación 2.0, como por ejemplo, comprender las dinámicas educomunicativas que se producen en el ciberespacio o generar reflexiones sobre la cultura de la participación y colaboración, partiendo del análisis crítico y creativo del entorno (con lo que esto suponde de trabajo en el ámbito de la creatividad). 

 

                  La convergencia mediática y las nuevas alfabetizaciones, también son otro factor que influye en la nueva figura del docente 2.0, así por ejemplo, Jenkins (2008) especificaba que una cultura participativa tiende al bien común y esta sociedad del conocimiento plantea nuevos retos comunicativos y en consecuencia, educativos. La convergencia mediática y los cambios tecnológicos en las comunicaciones y en la distribución de la información han supuesto profundos cambios en la creación, gestión y distribución de la información y frente a los cuales, no se puede permanecer ajenos. Surgen nuevos modelos comunicativos, nuevas alfabetizaciones y nuevos modelos pedagógicos. En este contexto es necesario que el docente se adapte y sepa conjugar la comunicación y la educación. En definitiva, comprender e implementar diferentes principios pedagógicos y comunicativos que pueden ir desde la Teoría del Caos y principio de incertidumbre hasta la ductilidad del epnsamiento líquido de Bauman. 

 

                Esta amalgama de cualidades o habilidades tienen que enmarcarse con la competencia digital docente, entendida esta como  la habilidad para buscar, obtener, procesar y comunicar información, y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse.  Búsqueda, selección, registro y tratamiento o análisis de la información, utilizando técnicas y estrategias diversas para acceder a ella según la fuente a la que se acuda y el soporte que se utilice (oral, impreso, audiovisual, digital o multimedia). 

 

          Esto requiere el dominio de lenguajes específicos básicos (textual, numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro) y de sus pautas de decodificación y transferencia, así como aplicar en distintas situaciones y contextos el conocimiento de los diferentes tipos de información, sus fuentes, sus posibilidades y su localización, así como los lenguajes y soportes más frecuentes en los que ésta suele expresarse. Porque como sabemos, tener información no produce conocimiento; el profesor 2.0 debe saber enseñar a los discentes a transformar la información.  Significa, asimismo, comunicar la información y los conocimientos adquiridos empleando recursos, técnicas y las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. 

 

               El docente debe ser competente en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como instrumento de trabajo intelectual debe  utilizarlas en su función de transmisoras y generadoras de información y conocimiento, así como sin olvidar el factor relacional de las mismas y aprovechando las dinámicas colaborativas.

 

                En resumen, el nuevo modelo de docente 2.0 es algo más que superar la primera oralidad y el modelo transmisivo bancario tradicional; así pues el antiguo profesor  formado desde los otros enfoques teóricos y acostumbrado a las clases presenciales habituales tiene que prepararse para nuevos escenarios de aprendizaje. Por ello es encesaria una reformulación de su papel y nuevo profesor debe tener en cuenta, entre otras cosas que:

Debe fomentar sistemas en el que facilite la creación de conexiones, comunidades de aprendizaje, trabajos basados en proyectos que refuercen la idea de inteligencia coelctiva.

 

  • Debe fomentar en el discente la habilidad y el deseo de continuar la construcción de sentido crítico y de conocimiento, que entienda que el aprendizaje es un contínuo a lo largo de la vida y que el aprendizaje no es un dogma ubicable únicamente al espacio físico del aula.

  • Debe proporcionar prácticas auténticas que se justifiquen en la sociedad líquida y tecnológica en la que vivimos.

  • Debe incentivar en los estudiantes la investigación e inmersión en las redes de conocimiento, dar las claves para la independencia “intelectual” de los estudiantes; esto es, ceder el control para que estos tomen el mando de su propio aprendizaje.

  • Tiene que enseñar cómo organizar y aplicar la información encontrada por los estudiantes. 

 

       Siemens y Downes argumentan que el conocimiento no es algo que se encuentra en la cabeza de los profesores y que puede ser trasvasado a la de los alumnos. El papel del profesor no reside tanto en construir con el alumno un conocimiento nuevo sino en gestionar y facilitar las herramientas necesarias para que, en un contexto de aprendizaje puedan establecerse el máximo número de conexiones posibles: conceptuales, sociales, personales, tecnológicas y relacionales. Así pues, no es una tarea fácil la que se le presenta a los profesores, que deben  abandonar su historia como clones e intentar ser  los agentes que postulen  un nuevo sistema educativo, democrático, libre y creativo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

Aparici, R. (2013). Educomunicación digital. D. Aranda, A. Creus, J. Sánchez Navarro. (Ed.), Educación, Medios y Cultura de la Participación (pp. 103-118). Barcelona. Editorial UOC.

- Aparici (coord.) (2010): Educomunicación: más allá del 2.0. Barcelona.    Gedisa. 

Aparici (coord.) (2010): Conectados en el ciberespacio. Madrid. Librería UNED.

- Aparici, R. y Silva, M (2012). Pedagogía de la interactividad. Comunicar. Revista científica de comunicación y educación, 38, 51-58. Recuperado de 

http://www.revistacomunicar.com/pdf/preprint/38/05-PRE-12698.pdf

 

- Barbas Coslado, A. (2013). Volver a pensar la educomunicación. D. Aranda, A. Creus, J. Sánchez Navarro. (Ed.), Educación, Medios y Cultura de la Participación (pp. 119-135). Barcelona. Editorial UOC.

 

Osuna Acedo, S. (2013). La web 2.0 y la “educación a lo largo de toda la vida”. D. Aranda, A. Creus, J. Sánchez Navarro. (Ed.), Educación, Medios y Cultura de la Participación (pp. 137-149). Barcelona. Editorial UOC.

Silva, M. (2005): Educación interactiva. Enseñanza y aprendizaje presencial y on-line. Barcelona. Gedisa. 

 

WEBGRAFÍA:

- Adell, Jordi. https://www.youtube.com/watch?v=tjC1LOC0r1g

 

 

Patricia Hidalgo

 

 

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